Desde Expo Dubai

Las Ferias Mundiales nacieron en la segunda mitad del siglo XIX para mostrar los avances de occidente en una época en que el cambio ya era vertiginoso, pero la conectividad no tanto. La Torre Eiffel, el Space Needle y varios palacios de bellas artes en el mundo nacieron como pabellones de éstas ferias. Inspirada seguramente por los cuentos de Julio Verne, soñaba con asistir a una Feria Mundial, este sueño se hizo realidad en el momento en que más lo necesitaba. El agotamiento de dos años de pandemia, las conversaciones sobre una Colombia que se cree polarizada, la invasión de Rusia a Ucrania, lo que parecen pasos demasiado lentos ante la crisis climática y, en general, la excesiva atención de los medios sobre los conflictos, las muertes y todo lo que está mal, nos tiene en una espiral de negativismo que no es bueno ni para el organismo ni para crear soluciones. Estar en Expo Dubai, la primera feria del Medio Oriente, cuya temática central es la sostenibilidad y compartir esta experiencia con mi familia, fue maravilloso! Desde una mirada macro, de bosque, con los errores propios de las generalizaciones y con las emociones frescas, esto es lo que me llevo:

Me llevo una esperanza renovada en las posibilidades humanas, en el rol de la tecnología para ayudarnos a enfrentar grandes retos globales como la alimentación, el cambio climático, la pérdida de la biodiversidad, el rol de las mujeres en la sociedad, entre muchos otros. Se sienten los vientos que auguran un cambio de era, del hombre como el centro del mundo a entendernos como parte de sistemas biológicos. Sin desconocer las brechas, los riesgos de la tecnología y de la inteligencia artificial y todas las contradicciones e incoherencias humanas, ver tanta creatividad en función de resolver problemas reales fue inspirador. Vale la pena recordar que así como el paso de la edad media al renacimiento tomó tiempo, esto también necesita su tiempo. Salgo convencida que estamos un camino imparable y que sobreviviremos.

Vi con claridad la magnitud del rol de la empresa privada en moldear el futuro. Son principalmente empresa y las startups y no los gobiernos quienes están financiando y liderado la invención: la conquista del espacio, los desarrollos médicos, agrícolas, la transición energética, por mencionar algunos. Es maravilloso ver un sector privado regresando a la noción esencial de crear valor resolviendo problemas reales y no creando  necesidades. Esto honra la esencia de la definición de empresa como aventura, como reto complejo, que es para lo que las creamos en primer lugar. Es la oportunidad de abrazar el sector privado para reconocer su papel en el progreso y en el bienestar humano y, al mismo tiempo, empujarlo con fuerza para exigir comportamientos éticos, transparencia y, en últimas, que lo que hacen sume y no reste. Mantener esta tensión entre la creación y el control social, sin caer en nepotismos ni en populismos es el gran desafío político de nuestro tiempo.

Sentí que los países, como las personas, experimentan etapas del ciclos de vida. Percibí un Estados Unidos mayor, moralista, con algo de la humildad que trae los años, pero sin muchos ánimos de liderar grandes aventuras épicas. Redescubrí en pabellones inteligentes, simples y enfocados, una Europa que creía quieta, desconectada, pero que percibí más bien como un continente maduro, tranquilo, que está cultivando paralelamente la ciencia y la transformación cultural que se requiere para crear economías regenerativas. La grandeza, las luces, la velocidad, se la llevan los grandes de Asia y el Medio Oriente. Pabellones imponentes, experiencias estimulantes, infinidad de contenidos, historias y posibilidades, jóvenes atrevidos, desafiantes, ambiciosas, llenas de ideas y descubriendo todavía quienes son. Resuenan con una cita que vi en la feria: la tecnología es la respuesta…, pero cuál era la pregunta? A América Latina y Africa la sentí en la infancia: curiosa, abierta al mundo, explorando, creando identidad, aprendiendo y exigiendo y a veces necesitando cuidadores y proveedores.

Finalmente, siento que el eslabón más frágil, el que habrá que trabajar con más ímpetu para transitar a esta nueva era, no será tecnología ni el conocimiento, sino resignificar lo que entendemos por libertad. Llevamos años y luchas defendiendo las libertades individuales, la posibilidad de ser y manifestarnos de formas únicas y particulares en la sociedad. Hoy la ciencia, las religiones, los saberes ancestrales y nuestras propias vidas cotidianas, empiezan a encontrarse en esta idea común que todo está conectado con todo, que las fronteras entre el mundo material y sensorial son fluidas, que  las interdependencias (y la influencia) entre todo y todos son tan grandes que cuesta saber si y dónde empieza y termina el yo. Este reconocimiento necesariamente nos invita a adaptar nuestras ideas sobre libertad.

2 comentarios en “Desde Expo Dubai”

  1. Linis, me encantó tus aprendizajes y la mira con la que enfocas tu experiencia. me reconforta saber que percibiste esperenanza y confianza en nuestra especie y en el ecosistema, creo que después de todo lo vivido durante estos dos años, es lo que más anhelo. Genial.

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