Un cuarto para el reciclador
…le ofrecía café con leche y pan al reciclador y conversaba con él..
Para entretenerse
En lo único en que podía pensar era el odio visceral que les tenía…
Todo empezó a desmoronarse con ese beso de buenos días con sabor lechoso de plátano verde.
Lo primero que decidí cuando vi a quién sería mi vecino de vuelo es que era demasiado grande.